Se conoce como brackets a los aparatos dentales que se utilizan en Estomatología para alinear los dientes cuando estos se encuentran fuera de lugar.
La especialidad encargada de estos tratamientos se conoce como Ortodoncia, la cual incluye una amplia gama de aparatos, que pueden ser removibles o fijos, estos últimos son los llamados brackets.
Como es una aparatología fija no se pueden retirar de la boca ni para cepillarlos ni para comer como los removibles, sin embargo realizan una fuerte presión sobre los dientes en aras de lograr nuestro propósito, acortando el tiempo de tratamiento.
Esta aparatología consta de pequeñas piezas que se adhieren a los dientes de forma perfecta, posee unas ranuras por donde pasa un arco metálico que las unen entre sí transmitiendo determinada fuerza a los dientes.
Además pueden utilizar bandas elásticas y en su conjunto generan fuerzas capaces de lograr un movimiento específico en los dientes para corregir la maloclusión.
Este tratamiento con aparatos ha dejado de ser una terapia incómoda con el paso de los años para convertirse en un método eficiente y cómodo.
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En sus inicios este tratamiento solo contaba con los aparatos convencionales que eran metálicos pero con el pasar de los años y tratando de mejorar la estética de los mismos han surgido diferentes tipos.
Consiste en combinar los tipos de brackets para lograr mejores resultados, tal es el caso de los brackets linguales y los brackets de zafiro.
En este caso se colocan los linguales en el maxilar superior y los de zafiro en el inferior, lo que podría resultar más económico que un tratamiento lingual completo en ambas arcadas.
Se recomienda su uso cuando los dientes están desalineados en el arco dental, originando mal oclusiones que pueden producir problemas estéticos, funcionales e incluso de fonación.
Están indicados a partir de los 11 o 12 años, es decir en la adolescencia cuando ya hayan cambiado su dentición temporal por la permanente y en los adultos.
Lo primero que debes hacer es acudir a tu dentista, él determinará mediante un estudio minucioso si presentas algún tipo de alteración en tu oclusión y te remitirá con el ortodoncista.
Existen diferentes exámenes radiográficos y mediciones que solo las puede realizar un especialista, luego se estudia el caso y se traza un plan de tratamiento teniendo en cuenta tus necesidades y prioridades.
Las maloclusiones se producen por la práctica de hábitos como la succión digital y el uso del biberón hasta edades avanzadas, la respiración bucal y el empuje lingual.
También la extracción precoz de los dientes temporales, provoca que los permanentes pierdan su guía y salgan mal posicionados.
Además influyen otros factores como la falta de espacio y la herencia, pues se puede heredar un maxilar pequeño y los dientes grandes o al revés.
Si has sido afectado por uno de estos factores y tus dientes no están alineados correctamente, te recomendamos el tratamiento con brackets para corregir tu maloclusión.
De esta forma se corrigen los apiñamientos, diastemas, la mordida cruzada o sobremordida y la mordida abierta, logrando una oclusión dental perfecta.
Con el alineamiento de los dientes se evitan además las caries dentales y las enfermedades de las encías que pueden producirse cuando hay apiñamientos que dificulten la limpieza correcta de los dientes.
Se mejora además la masticación, la fonética, se elimina el bruxismo y los dolores de mandíbula y se logra una sonrisa estética y funcional, elevando así la calidad de vida del paciente.
Si tienes que usar aparatología fija para alinear tus dientes, aquí puedes ver los diferentes tipos de brackets que existen y sus características para que puedas decidirte por uno en específico.
Estos aparatos van cementados en la superficie dentaria, ya sea en la cara vestibular como es el caso de los brackets convencionales, los transparentes y autoligables o en la cara interna de los dientes como los linguales.
Se colocan en los incisivos, caninos y premolares, pues en los molares se colocan los tubos cementados a bandas.
En cualquier caso se ubican en el centro geométrico de cada diente, para lo cual existen instrumentos con los que se realizan mediciones para ubicar dicho punto.
En el caso de que debas usar aparatología en ambas arcadas, se colocan primero los del maxilar superior y 1 mes después los del inferior, siempre que sean metálicos, transparentes o autoligables.
Por el contario, los brackets linguales se posicionan primero los de la arcada inferior y pasado un mes los de la arcada superior.
Se conocen 2 técnicas de cementado, la más antigua que es la de cementado directo y la más actual que facilita la labor del dentista y abrevia el tiempo de colocación, conocida como cementado indirecto.
Este procedimiento es el convencional y el más utilizado, sin embargo demora mucho, lo que se hace incómodo para el paciente, además de que no tiene mucha precisión.
Esta técnica de cementado surge con el fin de ganar en precisión y rapidez, en un inicio solo se utilizaba para los aparatos linguales, pero actualmente se utiliza para todos los tipos de brackets.
Obviamente el cementado indirecto nos garantiza una mejor precisión al colocar los brackets previamente en los modelos, logrando de esta forma su ubicación perfecta en la superficie dentaria.
Al mismo tiempo que garantiza una mejor utilidad del tiempo de tratamiento y genera una gran comodidad para el paciente al abreviar el tiempo de colocación.
En sus inicios este tratamiento era bastante costoso, sin embargo con la aparición de nuevos tipos de aparatos, han aparecido muchas opciones con mejores precios y que se ajustan a tus necesidades.
Siempre debes tener presente que es un tratamiento caro, pero el precio de brackets varía teniendo en cuenta el país donde vivas, el tipo de aparato que utilices y el grado de maloclusión que presentes.
Así mismo existen diferentes planes de pago que se acomodan a cada paciente y te permitirá pagar de forma cómoda el tratamiento.
El precio de los brackets metálicos es el más económico sin lugar a dudas, además de que son los más resistentes.
En segundo lugar se encuentran los transparentes y los autoligables con precios más o menos parecidos pero con sus notables diferencias en cuanto a resistencia y estética.
Sin embargo los más caros son los linguales, debido a que su uso prácticamente pasa desapercibido, pues no se ven y son tan resistentes como los metálicos.
De ahí que debes valorar realmente lo que quieres, si es estética, economía o ambas cosas para que puedas decidirte por uno en específico.
Recuerda que siempre puedes acudir a la experiencia de tu especialista y él te aconsejará a la hora de decidirte.
Un tratamiento con aparatología fija puede demorar entre 12 y 24 meses, con un tiempo promedio de 18 meses.
Existen algunos casos de maloclusiones más complejas que pudieran extenderse hasta 36 meses, pero evidentemente esto no es lo normal.
Sin embargo el tiempo de duración del tratamiento depende de varios factores entre los que se destacan:
Es difícil ser exactos a la hora de responder a esta interrogante, ya que el tiempo planificado puede variar teniendo en cuenta los factores que pudieran entorpecer el objetivo final.
No existe un tipo de brackets mejor que otro, todos cumplen una función específica en la cavidad bucal, alinear los dientes para corregir las maloclusiones.
Es cierto que existen algunas diferencias entre ellos con relación a algunos parámetros como por ejemplo: estética, resistencia, adhesividad y precio.
Muchas personas creen que estos aparatos duelen, pero realmente su colocación no es dolorosa, por lo tanto no requiere anestesia.
Solo es meritorio destacar que luego de puestos suele sentirse una ligera presión que para muchos se traduce en dolor, producto a la fuerza que se ejerce sobre los dientes para lograr su desplazamiento.
Sin embargo esta molestia desaparece entre 3 y 4 días, aunque puede presentarse nuevamente después de cada ajuste del aparato y suele indicarse analgésicos para aliviarla.
Obviamente esto depende de la capacidad de adaptación y la tolerancia al dolor que tenga cada persona, luego te adaptarás y harás tu vida normalmente.
Cabe destacar que en muchas ocasiones se producen llagas en la boca debido a las rozaduras del bracket con la mucosa bucal, sobre todo en los aparatos metálicos.
Para evitar estas lesiones se recomienda el uso de ceras protectoras, ya que resultan bastante molestas.
Debes saber que lleva un proceso de adaptación sobre todo para hablar, pues resulta bastante incómodo hablar con un aparato en la boca, pero poniendo de tu parte y con el paso de los días llegas a acostumbrarte.
Al mismo tiempo se hace engorroso limpiar los dientes y es cuando más higiene se debe tener para evitar las caries y enfermedades periodontales durante el tratamiento.
Una vez que tengas los brackets puestos debes seguir ciertas recomendaciones para cuidar tus aparatos y que no te resulte más caro de lo normal al tener que cambiarlos durante el tratamiento. Como por ejemplo:
Antes de recibir cualquier tratamiento de ortodoncia debes terminar con todas los arreglos de tu boca, ya sean caries, enfermedades de las encías, tratamientos pulporadicular (TPR), entre otros.
Una vez que estés de alta en la atención primaria y con previa profilaxis bucal entonces se procede al tratamiento de ortodoncia.
Después de usar la aparatología de ortodoncia, independientemente de la escogida, se deben llevar retenedores dentales, que pueden ser fijos o removibles.
Esta fase del tratamiento se conoce como etapa de retención y es la que garantiza que los resultados obtenidos se mantengan de manera permanente.
Si no la cumples tal y como se debe tus dientes pueden retroceder a su posición inicial y todo el tratamiento habrá sido en vano.
También debes atender otros problemas que pudieran presentarse como consecuencia de una mala higiene bucal durante el uso de estos aparatos, como caries dentales, gingivitis y periodontitis.
De igual forma pudieran aparecer manchas en los dientes o que el esmalte luzca diferente en el lugar donde se fijaron los brackets.
Si quieres obtener mejores resultados en el tratamiento de ortodoncia debes estar muy pendiente de los cuidados después del uso de la aparatología para así disfrutar de una salud bucal perfecta.
Las ligas de brackets son elementos auxiliares de pequeño tamaño confeccionados con silicona, látex u otros materiales similares y pueden tener forma ovalada o circular.
Son diferentes en cuanto a forma, grosor y diámetro, teniendo en cuenta la fuerza que deben ejercer sobre los dientes y las distancias que deben recorrer.
Son utilizadas para el tratamiento con brackets ya que ejercen cierta fuerza sobre los dientes produciendo determinados movimientos que ayudan a corregir las malocusiones.
Además pueden ser de colores, más usadas por los niños para hacer más divertido el tratamiento o transparentes, más habitual en los adultos ya que son más discretas.
Existen dos tipos de gomas en ortodoncia en dependencia de su función:
Las que se utilizan para ligar el arco metálico al bracket: Se conocen con el nombre de ligaduras y se colocan por el ortodoncista en la consulta.
Se usan en todos los tipos de brackets excepto los autoligables, generalmente son más pequeñas y circulares y solo pueden ser cambiadas por el ortodoncista en las consultas en caso que sea necesario.
Las que corrigen los problemas de mordida: Debes aprender a ponerlas tú solo en casa, son ovaladas y su función es generar fuerzas para engranar la mordida de ambos maxilares al cerrar la boca.
Estas últimas se indican para todos los tipos de brackets, ya sean metálicos, transparentes, linguales o autoligables siempre y cuando sea necesario corregir la mordida.
Generalmente se colocan en las fases finales del tratamiento pero solo por unos meses y puede ser una sola goma o varias, incluso ubicadas de forma cruzada en la boca en dependencia del tipo de maloclusión intermaxilar de cada paciente.
Normalmente originan molestias en los primeros días de su uso, producto a la presión que ejercen sobre las arcadas, pero mientras más las uses, más pronto desaparecerán.
Estos aditamentos auxiliares no son obligatorios en todos los pacientes de ortodoncia, el especialista debe valorar en qué casos se necesitan como coadyuvante en el tratamiento.
Su colocación varía en dependencia de los objetivos que se quieran lograr:
El especialista colocará unos aditamentos a partir de los cuales se pondrán las bandas, que en el caso de que uses aparatología metálica serían de metal.
Por el contrario si son brackets transparentes o linguales los que usas, se colocarán unos botones de composite en la cara vestibular de los dientes, que son bien discretos y no afectan la estética, ya que semejan el color de los dientes.
En la consulta el ortodoncista colocará las gomas y te enseñará cómo debes ponértela tú mismo cada vez que sean necesario cambiarlas, también debe proporcionártelas porque no se venden en la farmacia.
Del mismo modo te dará varios consejos que debes seguir al pie de la letra para garantizar la eficacia del tratamiento:
Esta es la etapa final del tratamiento, cúmplela con disciplina y verás que en un abrir y cerrar de ojos ya tienes una oclusión y una sonrisa perfectas, verás que valió la pena los meses de sacrificio.
Tradicionalmente se han creado ciertas especulaciones con relación al uso de estos aparatos, que en su mayoría son falsas.
Tal es el caso de la creencia de que no puedes besar bien a tu pareja, lo que no es cierto, pues las tecnologías actuales con que se fabrican los mismos no interfieren en ello.
También se dice que no puedes comer bien y que hacen perder peso, esto se debe a que tienes que cuidar tus aparatos para que no se despeguen.
Para ello hay que limitar el consumo de algunos alimentos duros como las galletas, los caramelos y debes cortar en trozos los alimentos antes de llevarlos a la boca, pero no significa que pases hambre y mucho menos que pierdas peso.
Otros piensan que su uso produce caries, lo cual no es así, simplemente hay que intensificar la higiene bucal durante su uso para evitar la acumulación de restos de alimentos en los aparatos, que son los que generan bacterias que causan las caries.
Por otra parte existe un criterio negativo con relación al dolor que producen y a los problemas de pronunciación, esto depende del nivel de adaptación de cada paciente.
Aunque se debe conocer que esta terapia mueve a los dientes por el tejido óseo cambiándoles su posición, lo cual indudablemente resulta molesto y para muchos doloroso, pero solo por pocos días hasta que te adaptes a esa presión.
Igualmente pueden aparecer llagas que son normales durante su uso, sobre todo cuando son metálicos, pero para eso existen ceras que debes aprender a colocarte en algunas zonas donde puedan molestarte y entonces ¡adiós a las llagas!
A la hora de hablar es cierto que pasas trabajo en la pronunciación de algunas letras, pero poco a poco te acostumbras y en pocos días volverás a hablar normalmente.
Al mismo tiempo se dice que es una terapia cara y muy larga pero realmente no lo es, pues en cuanto a precio ya te hemos explicado que existen diferentes planes de pago teniendo en cuenta tus presupuestos.
Así mismo hay una gran variedad de aparatos, que te permite escoger el ideal de acuerdo a tus necesidades económicas.
En cuanto al tiempo hay que ver cuánto es mucho para ti, pues claro que te gustará tener una oclusión perfecta en un abrir y cerrar de ojos, pero puede durar 12 meses, 18 o 24 meses en dependencia de varios factores que ya te explicamos anteriormente.
También se cree que son antiestéticos y solo pueden ser utilizados por niños y jóvenes, lo cual se ha demostrado en la práctica que no es cierto.
De hecho existe una gran variedad de brackets estéticos de diferentes materiales transparentes, incluso los linguales que no comprometen la estética del paciente.
Sin embargo muchos quieren usar aparatos transparentes y terminan usando ligas de colores para una mejor apariencia aunque sean adultos.
Además este tratamiento no tiene edad, pues nunca es tarde para corregir las maloclusiones y tener una sonrisa estética.
No dejes que los mitos que existen con este tratamiento te impidan llevarlo a cabo, pues el resultado final merece el sacrificio y verás que en poco tiempo notarás los cambios en tu rostro.