Dientes de leche

El primer grupo dentario que tenemos en nuestra boca a edades tempranas se conoce como dientes de leche, aunque también suelen llamarse dientes temporales o dientes primarios.

Aparecen en los primeros meses de vida siguiendo un orden de brote hasta completar un total de 20 dientes, es decir 10 en el maxilar superior y 10 en el inferior.

De tal manera que existen 4 incisivos, 2 caninos o colmillos y 4 molares en cada arcada dentaria, distribuidos de manera uniforme.

Estos dientes van a estar en la boca un tiempo limitado hasta que sean sustituidos por los permanentes a partir de los seis años de edad, siendo un poco más blancos y más pequeños que los definitivos.

Si quieres saber la importancia que tienen estos dientes para el desarrollo del niño, los síntomas que pueden aparecer cuando brotan, los cuidados que debes tener con ellos y mucho más te invito a que sigas leyendo este artículo.

¿Cuándo salen los dientes de leche?

A partir del quinto mes de nacido comienza el proceso de dentición temporal, pero realmente los dientes suelen asomarse en la boca del bebé entre los seis y doce meses de edad siguiendo un orden determinado hasta completar su dentición entre los 2 años y medio y los 3 años.

Alrededor de los tres meses los bebés descubren su boca y comienzan a llevarse las manos hacia esa cavidad, aumentando con ello la salivación.

Con frecuencia los padres asocian este síntoma al brote de los dientes pero realmente no es así, ya que el primer diente en brotar (incisivo central inferior) aparece como término general a los seis meses.

Sin embargo algunos niños pueden ser más precoces que otros al nacer incluso con un diente ya brotado en tanto que a otros pudieran brotarle alrededor del primer mes de nacido recibiendo el nombre de dientes neonatales.

Sin duda alguna estos son los mismos dientes de leche que brotan antes de tiempo, sin embargo otros niños pudieran tener una dentición tardía.

Ya para los tres años se debe haber completado un total de 20 dientes, aunque esto no es tampoco absoluto ya que algunos niños pudieran terminar a los dos años.

Todas estas variaciones se producen dependiendo del ritmo de desarrollo de cada niño y aunque ocurren con poca frecuencia se consideran normales en cualquiera de los casos.

Orden de brote de los dientes de leche

¿Qué síntomas aparecen al salir los dientes de leche?

Aunque para algunos niños el brote de los dientes temporales pasa inadvertido, para otros resulta bastante molestos.

Este proceso no debe implicar dolor pero sí pueden aparecer con frecuencia los siguientes síntomas:

• Babeo
• Diarreas (heces blandas y ácidas por el aumento de la salivación)
• Picazón en las encías
• Irritabilidad y llanto
• Desvelo en las noches
• Falta de apetito
• Inflamación de las encías
• Erupción que rodea la boca y la barbilla producto al babeo
• Tos originada por el babeo
• Ansiedad y deseos de llevarse objetos a la boca.
• Ligero aumento de la temperatura corporal

Cuando los dientes de leche están a punto de brotar las encías se inflaman y adquieren un color rojizo, siendo este el momento que más molestias producen.

Sin embargo justo antes de brotar las encías adoptan un ligero color blanquecino lo que demuestra que el diente está próximo a la superficie y que ya va a asomar su corona.

Estos síntomas son propios de la dentición y no representan ningún peligro para el niño, pero si notas otros como fiebre alta, vómitos, enrojecimiento o inflamación de otras partes de la boca, te recomiendo acudir al estomatólogo para un correcto diagnóstico.

Inmediatamente después de brotado el diente todos los síntomas desaparecen de manera espontánea hasta que esté próximo a brotar el siguiente diente.

Importancia de los dientes de leche

Los dientes temporales son muy importantes para el desarrollo y crecimiento del niño hasta aproximadamente los 12 años que duran en la boca.

En primer lugar juegan un importante papel en la masticación, ya que con la edad van cambiando las necesidades alimenticias del niño y en la medida que brotan los dientes de leche se podrá comer todo tipo de alimentos.

Además estos dientes sirven de guía a los permanentes, guardándole el espacio en los maxilares para que broten alineadamente.

De hecho cuando se pierde precozmente un diente de leche, ya sea por un accidente o por caries, lo más probable es que el permanente ya brotado se mueva hacia el espacio vacío ocupando el lugar de otro diente, creando así apiñamientos y dientes torcidos.

Por otro lado estos dientes participan activamente en la fonación, sobre todo en estas edades donde se aprende a hablar y a emitir sonidos.

Mientras más salud tengan los dientes de leche mayor probabilidades tendrán los permanentes de estar saludables.

Caída de los dientes de leche y su transición con los dientes permanentes

La caída de los dientes temporales debe comenzar como norma general alrededor de los cinco o seis años de edad, con los incisivos centrales inferiores.

Poco a poco y siguiendo un orden específico se van cayendo los dientes hasta que se produce la pérdida de los molares posteriores entre los 10 y 12 años.

Sin embargo esto depende en gran medida de la edad de brote, ya que si la dentición temporal se adelanta, por supuesto que la permanente también lo hará.

Además algunos estudios han demostrado que la anemia o la desnutrición pueden retrasar el cambio de una dentición a otra mientras que las hembras suelen realizarlo antes que los varones.

Cuando los dientes definitivos hacen presión sobre los dientes de leche, comienza a reabsorberse su raíz hasta aflojarse.

De manera que los niños suelen moverlos con la lengua o con los dedos, aflojándolos cada vez más para ponerlos bajo la almohada con una monedita para que los ratoncitos o el hada de los dientes se los cambie por uno nuevo.

Para sacar el diente se espera que esté lo suficientemente flojo y se aprietan con una gasa o un pedazo de papel higiénico realizando un ligero movimiento de torsión de manera rápida y precisa.

En ocasiones es necesario acudir a la clínica dental para su extracción si no se llega a aflojar lo suficiente, mientras que otras veces se caen antes de tiempo por accidente o por deterioro.

La transición con la dentición definitiva es un proceso que demora entre seis y ocho años, existiendo en la boca al mismo tiempo tanto dientes de leche como permanentes.

Ya para los 12 años se deben haber caído todos, pero aún faltan por salir los terceros molares que no sustituyen a ningún diente temporal y brotan entre los 17 y 21 años.    

¿Cuáles son los problemas más frecuentes de los dientes de leche?

La enfermedad que más afecta a esta dentición son las caries dentales, debido a que la capa de esmalte dentario en ellos es muy delgada y las caries profundizan con facilidad.

Cuando esto ocurre se pueden empastar y en los casos que esté muy profunda la caries se realiza una pulpotomía (extracción del nervio).

Siempre se trata de conservar el diente de leche, solamente se procede a extraerlo cuando está muy destruido, hay una infección o ya esté próximo a exfoliarse.

Además pueden aparecer problemas en las encías, que aunque son menos frecuentes no dejan de ocasionar molestias a los niños.

Por otra parte algunos hábitos como la succión del dedo y el uso prolongado del chupete pueden producir daños en los maxilares del niño que están en desarrollo.

Mientras más tiempo persista el hábito, más grande es el daño a los maxilares pudiendo ocasionar maloclusiones que afectan incluso a los dientes permanentes, por lo que hay que eliminarlos cuanto antes.

¿Cómo cuidar los dientes de leche?

Para que los dientes permanentes salgan saludables es necesario garantizar una buena higiene bucal desde el nacimiento del bebé.

Inicialmente debes limpiar las encías y la lengua con una gasa húmeda o una toallita de felpas suaves para eliminar las bacterias que se alojan en la boca.

Desde que brota el primer diente de leche es necesario comenzar a cepillarlo al menos una vez al día utilizando un cepillo dental de tamaño infantil con cerdas suaves o un dedal de silicona.

Al principio se hace difícil cepillarlos porque el niño se pone intranquilo pero aun así debes insistir al menos antes de acostarse pues las caries pueden aparecer en cualquier momento.

Luego cuando estén más grandecitos van a querer hacerlo solos y muchos juegan con el cepillo por lo que finalmente debes cepillarlos tú para que sea efectivo.

Antes de los seis años puedes usar una pequeña porción de pasta dental con flúor evitando siempre que se la traguen.

El cepillo a utilizar puede ser eléctrico o manual, aunque se recomienda emplear primeramente el manual hasta que el niño gane en destreza, ya luego podrá elegir uno u otro según sus preferencias.

Por otro lado se debe reducir el consumo de dulces, caramelos entre las comidas y en las meriendas y cepillar los dientes entre 5 y 10 minutos después de comerlos para evitar las caries.

También es importante enseñarlos a usar hilo dental desde edades tempranas para evitar así las enfermedades de las encías.

A pesar de que algunos niños dejan de comer cuando se afloja algún diente o se les cae, debido a las molestias causadas, es necesario que se cumpla con las medidas higiénicas habituales.

De hecho la placa bacteriana continúa acumulándose y esto es perjudicial tanto para los dientes de leche como los permanentes que vienen saliendo.

Tras la caída de un diente es normal que se produzca un ligero sangrado, pero el mismo cesa espontáneamente sin ocasionar ningún otro problema.

Cuando esto ocurre se enjuaga la boca y se continúa con la misma rutina de cepillarse después de las comidas.

De igual importancia para el cuidado de los dientes de leche resultan los chequeos dentales, por lo que se aconseja programar la primera consulta en cuanto comiencen a salir los primeros dientes, cerca del primer año.

A partir de este momento se recomienda que tenga dos consultas al año para realizar limpiezas y revisiones periódicas para prevenir enfermedades.

Por otro lado cuando ocurre algún accidente y se fractura o se pierde precozmente algún diente temporal es necesario acudir al odontólogo para que indique la conducta a seguir para evitar la infección y otros daños que puedan producirse en el nervio dentario.

Remedios caseros para el brote de los dientes de leche

Para contrarrestar las molestias causadas durante el brote de los dientes temporales, resulta muy eficaz la utilización de algunos trucos y remedios naturales, como por ejemplo:

Aplica frío a las encías del bebé

El frío disminuye la inflamación y el dolor pero nunca debes usar directamente el hielo sobre las encías de tu bebé porque puede producir quemaduras, en su lugar enfría una cuchara en el refrigerador y colócala sobre la zona inflamada.

Usa mordedores de goma

Existen en la actualidad unos mordedores de goma que contienen un líquido en su interior, se ponen a enfriar y tienen el mismo efecto analgésico sobre las encías.

Estos son muy útiles incluso antes de que hayan salido

Bríndale alimentos duros y fríos

Si ya puede comer alimentos sólidos puedes darle pan y frutas frías para que mordisquee.

Por otro lado también se recomienda usar la zanahoria, previamente lavada y pelada, para luego ponerla a enfriar.

Posteriormente se les da al igual que las frutas para que las muerdan, sosteniéndolas en la mano, evitando así el riesgo de asfixia.

Si el niño tiene más de seis meses puedes darle algunos alimentos fríos no congelados como jugos, helado, gelatina y frutas, lo cual alivia el dolor y baja la inflamación.

Masajea las encías

Con tu dedo meñique directamente o envuelto en una gasa, puedes masajear suavemente las encías de tu bebé para distraer su cerebro y de esta manera se produce un efecto analgésico.

Esto origina un gran alivio, por lo que puedes realízalo varias veces al día realizando una ligera presión.

Aplica extracto de vainilla sobre sus encías

La vainilla además de tener efecto calmante también alivia lo malestares del estómago que traen consigo el brote de los dientes de leche en los bebés.

Para ello debes frotar con el debo una pequeña porción de líquido sobre la zona de brote 1 o 2 veces al día para poder ver los resultados.

Usa jengibre para aliviar las molestias

Gracias a las propiedades antinflamatorias y analgésicas es muy útil el jengibre, para lo cual solo debes pelar la raíz y cortarla en trocitos pequeños para frotarlos suavemente sobre la encía durante dos minutos.

Manzanilla para el brote de los dientes de leche

La manzanilla es una planta muy conocida por sus propiedades sedantes y antiinflamatorias, por lo que es de gran utilidad en estos casos.

Para utilizarla debes preparar una infusión y colocarla en el refrigerador en una cubitera, luego que se congele se envuelve un cubito en un paño limpio y seco y se le da al niño para que lo chupe.

De esta forma se alivia la irritación de la zona de brote, el niño se relaja y como consecuencia se calma el dolor.

Alivia las molestias del brote de los dientes de leche con aceite de clavo

El aceite de clavo lo puedes adquirir en una herboristería y es muy eficaz para calmar este tipo de molestias en tu bebé.

Esta propiedad se debe a su alto contenido en eugenol, sustancia empleada en la odontología por su gran poder analgésico sobre las muelas, además de que es capaz de bajar la inflamación.

Para utilizarlo de manera natural se debes mezclar con un poco de aceite de oliva y aplicarlo con la yema de los dedos en la encía del bebé y verás pronto los resultados.

Si encuentras que estos remedios no te funcionan te recomiendo que lleves al niño con su pediatra y solamente si él lo indica puedes darle algún analgésico o antiinflamatorio como el paracetamol.

Diferencias entre los dientes de leche y los dientes permanentes

Como sabes los dientes primarios guardan el espacio para los permanentes y conviven ambas denticiones en la boca durante el período de dentición mixta entre los 6 y 12 años.

A pesar de ello existen grandes diferencias entre las dos denticiones teniendo en cuenta los siguientes parámetros:

• Cantidad de dientes: Los dientes de leche son en total 20 dientes, 10 distribuidos en la arcada superior y 10 en la inferior, mientras que los dientes permanentes hacen un total de 32 dientes, 16 en el maxilar superior y 16 en el inferior.
• Tamaño de los dientes: Los dientes temporales se ven a simple vista que son más pequeños que los definitivos.
• Color: Los dientes primarios son más blancos que los permanentes, los que pueden llegar a tener tonos más amarillos.
• Espacios interdentales o diastemas: La dentición temporal presenta pequeños espacios entre un diente y otro que se llaman diastemas fisiológicos mientras que los permanentes no deben presentarlo.
• Cantidad de tejido: Los permanentes tienen mayor grosor de esmalte y dentina que los de leche, lo que los hace más resistentes que ellos al desgaste.
• Las raíces de los dientes: En el caso de los temporales son más cortas y se reabsorben con el tiempo, por lo que llegan a desaparecer para dar paso al diente definitivo.
• Contorno cervical: En los dientes de leche es plano y en los permanentes más ondulado.